Alfonso
1/5
Pesadilla de experiencia.
Encargué un cabecero. Tras más de un mes de espera llegó roto.
Volvieron a enviar otro que llegó aún más roto.
Estas cosas pueden pasar y me puse en su lugar, pero el problema está en el trato y la gestión.
La persona que se ocupaba de mi caso (no doy el nombre por respeto) actuó de forma absolutamente irrespetuosa y poco profesional.
En primer lugar no me escuchó cuando le decía que la mensajería con la que mandaban la mercancía estaba localizada en otra ciudad a 45 minutos y que sólo pasaban por Madrid una vez cada 10 días. Esto hizo que la segunda entrega estuviera a mi provincia 10 días antes de la entrega final, por lo que es un retraso innecesario añadido al tiempo ya pasado.
En segundo lugar (el más grave para mi), dejó de atender el teléfono y los whataspp -método que empezó a usar ella ya que yo me comunicaba por teléfono o email.
Al ver el segundo cabecero me di cuenta de que el primero no era negro si no más claro. Al verlo con más detenimiento era solo la placa superior la que era de otro color (parece ser) y el resto de la pieza venía con una suciedad inusual, hasta tal punto de hacerlo parecer como antracita y no negro.
El segundo además llegó con el 80% de los listones con muescas en la parte superior, justo además por donde más se veía.
Me ofrecieron la solución de un artesano en mi ciudad que podría arreglarlo, lo que interpreté como interés en solucionar el desastre, pero a partir de ahí pasaron casi dos semanas en las que nunca contestaba al teléfono ni a los whatsapp por lo que no me dio opción de poder hablar del cambio de color, de las muescas de los listones, de la suciedad y de cómo pensaban solucionarlo para entregarme el producto haciendo un frankestein con dos productos distintos a cada cual con sus problemas de fabricación. De todo esto fui enviando fotos a las que tampoco contestaba.
Pedí en varias ocasiones que se comunicaran conmigo. Viendo que pasaban los días advertí que si no lo hacían iba a solicitar el reembolso y prefirió devolver el dinero a explicar lo que estaba pasando o dar la cara.
En resumen:
- dos meses de pesadilla
- más de un mes con el producto roto en medio de casa y dos semanas con dos cabeceros por el medio.
- sentimiento de frustración y de ninguneo.
En un principio focalizaba la responsabilidad en la persona que me atendía pero no es solo ella ya que intenté elevar la queja y no me dieron la opción y el resultado de los acabados no es de atender los pedidos profesionalmente.
Supongo que la argumentación será que no es siempre así, pero supongo también que no esperarán que hable por el resto de personas, solo puedo compartir mi experiencia.
Falta de empatía y profesionalidad absoluta.